Los puntos de bloqueo que pueden interrumpir el comercio mundial

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El transporte marítimo es un pilar fundamental del comercio global, pero enfrenta desafíos que comprometen su eficiencia, confiabilidad y sostenibilidad. La gran mayoría del comercio mundial (alrededor del 90% según la OMI, Organización Marítima Internacional) se realiza por mar.

Los canales estratégicos, como el de Suez y el de Panamá, desempeñan un papel clave en las rutas comerciales, aunque son altamente susceptibles a interrupciones de origen climático, económico y geopolítico.

Eventos recientes como el bloqueo del canal de Suez en 2021 y los ataques en el mar Rojo desde finales de 2023 han generado incrementos en los costos y tiempos de tránsito. Además, la reducción del nivel del agua en el canal de Panamá ha limitado el tráfico de embarcaciones, afectando la eficiencia del comercio marítimo.

Estos factores han encarecido el transporte marítimo, impulsando la inflación y desacelerando el crecimiento económico, con un impacto especialmente negativo en los pequeños Estados insulares y los países en desarrollo. A esto se suma el reto de la descarbonización, que exige la transición hacia tecnologías más sostenibles y el uso de combustibles alternativos para mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero.

En este artículo analizaremos los puntos de bloqueo que pueden interferir en el comercio mundial.

Los estrangulamientos del comercio marítimo

Los llamados "puntos de estrangulamiento" son aquellos pasajes obligatorios que facilitan el flujo del comercio marítimo mundial. Su importancia radica en que canalizan grandes volúmenes de mercancías, conectando regiones y facilitando el intercambio comercial a gran escala. Sin embargo, su fragilidad ha quedado en evidencia con los recientes conflictos y crisis ambientales.

El Informe sobre el Transporte Marítimo UNCTAD 2024 habla de 6 puntos de bloqueo principales, establece que “el transporte marítimo es la espina dorsal del comercio globalizado, y la navegación fluida a través de los puntos de estrangulamiento marítimos es crucial.”

Mar Rojo y el estrecho de Bab el-Mandeb

Desde noviembre de 2023, los ataques a buques en el mar Rojo han generado un clima de inseguridad, afectando el tránsito por el estrecho de Bab el-Mandeb. Muchas navieras han optado por desviar sus rutas alrededor de África, lo que ha aumentado los tiempos de tránsito y los costos operacionales.

Esta situación también ha incrementado la exposición a la piratería y ha generado problemas en la seguridad de la tripulación.

Canal de Suez

Alrededor del 10% del comercio marítimo mundial en volumen y el 22% del comercio en contenedores transitan anualmente por el canal de Suez. Sin embargo, el impacto de la crisis en el mar Rojo ha reducido los tránsitos en este punto crítico desde diciembre de 2023.

Las rutas alternativas han obligado a las navieras a incurrir en mayores costos y retrasos, lo que ha provocado un aumento en los precios de los bienes transportados.

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Canal de Panamá

El canal de Panamá ha experimentado una reducción significativa en el número de tránsitos debido a la sequía causada por el cambio climático. Con menos agua disponible para las esclusas, las autoridades han restringido el tránsito diario de buques, afectando gravemente la logística global.

La escasez de rutas alternativas en la región ha intensificado la crisis, obligando a algunos transportistas a buscar soluciones costosas y menos eficientes.

Estrecho de Ormuz

El estrecho de Ormuz es un punto clave para el transporte de petróleo a nivel mundial. Las tensiones geopolíticas en Medio Oriente han elevado el riesgo de disrupciones en esta ruta, lo que podría afectar la seguridad energética global.

Cualquier interrupción en este pasaje tiene el potencial de generar volatilidad en los mercados de energía y afectar el comercio mundial.

Estrecho de Malaca

El estrecho de Malaca es una de las rutas marítimas más transitadas del mundo, facilitando el comercio entre Asia y el resto del mundo. Sin embargo, la piratería y la congestión del tráfico marítimo han planteado desafíos significativos.

La seguridad en esta zona sigue siendo una preocupación clave para las navieras y los gobiernos regionales.

Impactos en la economía global

Las cifras son preocupantes. Cerca del 10% del comercio marítimo mundial y el 22% del comercio en contenedores atraviesan el canal de Suez anualmente. En el caso del canal de Panamá, este facilita aproximadamente el 3% del volumen del comercio mundial. Con las interrupciones actuales, el comercio marítimo enfrenta una disrupción considerable, que impacta directamente en la economía global.

Las empresas navieras han tenido que redirigir sus operaciones, lo que ha elevado la demanda de buques en un 3% y de portacontenedores en un 12%.

Estas rutas alternativas incrementan costos operacionales, como los seguros, el combustible y los salarios de la tripulación, generando una presión financiera que inevitablemente se traslada a los consumidores finales.

Además, el desajuste en las rutas marítimas ha provocado congestión en los puertos, afectando la eficiencia de la cadena de suministro y generando demoras que impactan sectores sensibles como el abastecimiento de alimentos y energía. Las restricciones en los puntos de estrangulamiento también han modificado los patrones comerciales: Egipto, por ejemplo, ha tenido que recurrir a Brasil y Estados Unidos para el suministro de cereales, en lugar de Ucrania, mientras que Rusia ha redirigido su exportación de petróleo hacia China e India, dejando de lado a Europa.

Soluciones para un comercio marítimo resiliente

Ante este desafiante panorama, se hace imprescindible implementar estrategias para fortalecer la resiliencia del comercio marítimo y minimizar las perturbaciones futuras. Algunas medidas clave incluyen:

  • Tecnología y sistemas de alerta temprana: Utilizar datos y análisis predictivos para mejorar la capacidad de respuesta ante crisis.
  • Colaboración entre sectores: Fomentar la cooperación entre operadores, gobiernos y autoridades marítimas para gestionar riesgos y respuestas.
  • Diversificación de rutas: Evitar la dependencia excesiva de ciertos canales, explorando alternativas para distribuir la carga de manera más equilibrada.
  • Mejoras en infraestructuras: Expandir la capacidad portuaria, modernizar sistemas de almacenamiento y optimizar las instalaciones de toma de combustible para reducir la congestión.
  • Apoyo a los trabajadores marítimos: Reconocer la importancia del personal de la cadena de suministro y garantizar condiciones laborales adecuadas para evitar escasez de fuerza laboral.
  • Sostenibilidad y regulaciones ambientales: Buscar soluciones que reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero, garantizando un equilibrio entre eficiencia y sostenibilidad.

Un llamado a la acción global

La crisis del comercio marítimo es un recordatorio de que la economía global depende de la estabilidad de sus rutas de transporte. Es fundamental que gobiernos, empresas y organismos internacionales trabajen en conjunto para fortalecer la seguridad y eficiencia de las cadenas de suministro.

A medida que el mundo avanza hacia una nueva era de incertidumbre geopolítica y ambiental, la adaptabilidad y la innovación serán las claves para asegurar que el comercio marítimo siga cumpliendo su papel vital en la economía global.